Nunca olvidar...

     Hace 100 años, a lo largo del mundo, se estuvo librando uno de los conflictos más mortíferos de la historia de la humanidad, la Primera Guerra Mundial o Gran Guerra (28 de julio de 1914 - 11 de noviembre de 1918). Más de 60 millones de soldados lucharon en «la guerra que acabaría con todas las guerras»... pero no acabó nada.

     «Les prometo que esta va a ser la última guerra, la guerra que acabará con todas las guerras». Estas fueron las optimistas palabras del vigésimo octavo Presidente de los Estados Unidos, Thomas Woodrow Wilson (Staunton, Virginia, 28 de diciembre de 1856 - Washington D.C., 3 de febrero de 1924), a finales de un acontecimiento bélico tan horrible que los vencedores, y no menos los vencidos, necesitaban creer que sus numerosos sacrificios quedarían reflejados en mayores beneficios que persistieran en el tiempo. Nada más lejos de la realidad. Y no son únicamente las personas quienes sufren las consecuencias de un conflicto; también las sufren los demás seres vivos y hasta el propio planeta con la devastación. Aprovechemos bien el espacio que la Tierra nos ofrece de sí misma y la oportunidad que nos brinda para vivir, y devolvámosle el favor cuidándola y respetándola ya que sin ella, entre otros muchos factores, no existiríamos.

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